Os voy a contar un secreto, al ladrón crucificado al que Jesucristo subió al cielo con El Padre no se le perdonó del todo. El que vaya a misa a la iglesia acabará sabiendo también porque. Por lo visto hay unas leyes muy antiguas que permiten atacar a los miembros más jóvenes de la familia para quitarles los descendientes que nacerán en su casa, pero eso no es cristiano, ni de hombres y mujeres de buena voluntad que ama el señor.
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