jueves, 19 de abril de 2018
Vomitivo tener que ver la cara del odre viejo marido de mi madre, y viene a traves del chip una y mil veces a ver si a fuerza de venir no le digo el asco que me da. No se que es mas grande, si el asco o el odio que le tengo. Aguantar esta mierda es algo inhumano. Encima activar los nervios de mi culo contra mi voluntad para él debiera ser motivo de agrado en mi, puto cerdo asqueroso. Me tienen encerradaa en una habitación con trampas legales, él y los suyos, durmiendo poco y las puertas todo lo bien cerradas que puedo pero entran a trepanarme igual, dicen que hasta que no oponga resistencia y acepte esta guarrada. El señor viene mucho por el chip junto con el odre viejo y me maltrata mucho psicológicamente. Tendría que encontrar un trabajo a jornada completa para no volver al piso subastado pero la hija del odre viejo se encarga de que coja los viernes cortándome la digestión y reventandome de dolor los oídos y teniendome asi 20 horas seguidas a ella le gusta enseñarme su cara cuando me lo hace. Lo intentaré de todas maneras pero se divierten mucho teniéndome encerrada en la habitación y piensan erróneamente que se me va a olvidar sque huí 15.000 kilómetros para dejarles atras aunque entre todos me hicieran volver. El odre viejo pretende que yo olvide su plato con materia fecal, como meaba la nevera y como me meaba a mi en la cama subido de pie en mi cama a mis catorce años mientras yo dormia, y tantas otras cosas, y que olvide como es tener una vida normal y bonita entre gente de mi edad, o incluso sola con un perro pequeño que me haga compañía. El turrones lleva dos dias viniendo a decir que se va y me deja en este monton de mierda del que él y el viejo llevan aprovechándose desde finales de 1986. Cuando me levaanto en medio de la noche para ir al servicio y no pongo bien la cámara del teléfono al volver, como hace unas pocas horas, viene la frutera y me dice que es culpa mia sque me trepanen dentro de la habitación que tengo muy bien cerrada y no se como consiguen entrar. Y asi es esta pocilga en la que han convertido mi vida.
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